jueves, 28 de febrero de 2019




El viento oeste, casi desnuda el débil naciente tallo,
sacrificó la hoja más grande, y una pequeña dos días después....
Certera estaca, y suave lazo de algodón,
se muestra erguido, de varias ramas y pequeños frutos....

Cabeza de Apio  Enero 2019



miércoles, 13 de febrero de 2019



ALQUIMIA

Una cebolla grande cortada al medio, la peló sacándole dos capas y cortó en una prolija pluma.
Puso una sartén sobre la hornalla a fuego medio que roció con aceite con una pequeña cantidad de ajo picado.
Cuando la temperatura era la ideal dejo caer la cebolla, sin sentir que dos lágrimas traviesas que corrían por su rostro también ingresaban en la preparación…
Con mucha precisión fueron cortadas dos papas en pequeños dados que descansaron dentro del repasador mientras colocaba un poco de azúcar sobre la cebolla que estaba con un dorado tan brillante como el acero inoxidable de la mesada.
El aroma y mi aún desconocido placer por la cocina me atrapaban que no hacían perder el mínimo de los detalle
Las papas, eran removidas acompañadas por estrofas afinadas de “tonadas del viejo amor” Que lindo cuando una vez, bajo el sol de mediodía, se abrió tu boca en un beso, como un damasco lleno de miel…
Y cuatro fueron los huevos, batidos con orégano fresco de la pequeña quinta, que de una corrida llego a tiempo, lo que fue mi pequeño aporte.
Hoy se porque nunca pude comer una tortilla como de la vieja…
La alquimia estaba en esas lagrimas que caían, por tantas razones o simplemente por picar una cebolla.

Cabeza de Apio 29MAY16

martes, 12 de febrero de 2019




El que hablaba era un hombre mayor, su decir era lento pero contaba algo que llamo mi  máxima atención...
Sentado en la esquina de la sala, alimentado de leña la salamandra y un recuerdo...
Su relato era como propio, como si yo dijera a su oído ese cuento tan familiar, tan mío...
Dos lagrimas incontenibles cayeron, y ahí a lo lejos se escuchó a mis nietos muy muy bajito decir...el abuelo está llorando....

Cabeza de Apio. 28Jul.2016


Un sueño, real…

El trabajar en el hipódromo, siempre fue tomado como un privilegio, me ayudó a conocer grandes personalidades de la ciencia, cultura, políticas, eclesiásticas, damas de la alta sociedad y pistoleros.
Me desempeñaba en la tribuna de socios de la Jockey club, puesto que se denomina brazal,  era la persona que facilitaba a los asistentes no tener que hacer la cola ni levantarse para hacer las apuestas, yo hacía las jugadas por ellos.
Las propinas superaban ampliamente al sueldo, no era en pesos sino en boletos, Juan “juégueme 200 boletos a Yatasto, y 20 para Usted”.
La experiencia después de algunos años me dieron la ventaja de caminar por esa tela de araña, sabiendo donde pisar fuerte o volar, cuándo la fija era fija y no puro cuento como dice el tango.
La tribuna me daba la información precisa, cuando un dueño de caballo apostaba sin ser una fija, hasta los calzoncillos,  yo moderadamente analizaba la situación,  conociendo quien era el cuidador, el jockey y el resto de tungos participantes, me jugaba unos boletos extras.
Todo lo obtenido por el llamado azar, era ahorrado para la construcción de mi gran sueño, una chalecito en la costa, Miramar.  
En 1970 compramos con un cuñado dos terrenos pegados en una manzana casi desierta, frente a una plaza donde ya casi terminaba la ciudad. 

Tuve la suerte de conocer a un constructor con las referencias de ser la mejor cuchara de la costa bonaerense, un tal Miguel Ángel Lanezan, alias Chividini, apodado así por un jugador de fútbol de San Lorenzo y de la selección nacional en la copa mundial de 1930, era evidente su gran parecido físico.
Chividini era nacido en Madariaga, siempre de bombacha, alpargatas, boina y pañuelo al cuello, gran recitador de poemas gauchos, de una memoria envidiable, como no sabía tocar la guitarra pedía una escoba y un banco, levantaba su pierna izquierda sobre él, y comenzaba a rasguear la paja y arrancaba. Si no faltaba el vino en su vaso su repertorio era infinito, había que echarlo con la salida del sol, que no era tarea muy fácil.
La construcción llevo catorce meses, con las típicas idas y vueltas de los distintos gremios, solo faltaron los detalles en el primer verano de pintura, de las aberturas, techo de madera a la vista y paredes, que la familia al ser numerosa en sus sucesivas estadías colaboraban con las terminaciones, el techo siempre quedó natural, y el lavadero con el revoque fino.
En veranos nos juntábamos un batallón, tres de mis cuatro hijos, nueras y seis nietos. No solo la playa se disfrutaba, la plaza era un accesorio de la casa, paleta, barriletes, futbol, y ese verde que al abrir las ventanas del frente, reflejaban mis ojos al borde de las lágrimas, siempre agradeciendo a mi Virgencita de la Inmaculada Concepción.….
   
Cabeza de Apio 2017       En memoria de un grande, mi tío Juan...

domingo, 10 de febrero de 2019




El horizonte cayó desnudo ante ese nuevo edificio, 

tan elegante 

y tan poco comprensivo.

2018 C de A




Ayer encontré una vieja remera, que me demostró que se puede viajar en el tiempo...

Al contacto con mi piel, me hizo sentir el perfume de una playa de su época, la del aceite de coco y yodo...

Recordar el Citroën 3CV, que se paraba en dos ruedas, con un techo de lona que te mostraba románticas noches de estrellas...

Cuando aquel viaje en carpa, fue almohada, toalla y sombrero...

Y muchas cosas mas...

Me dio temor, quedará ahí en su lugar, donde estaba, hasta que ella quiera hacerme viajar nuevamente...

Cabeza de Apio 2015



Trataba de mantener la calma, pero la música hacia mover mis piernas bajo la mesa, con km 11, también llevaba el compás con mis manos golpeando la servilleta...
y me encontré cantando fuera de tono en un guaraní que le daba risa al resto de mis acompañantes...

En ese momento...me di cuenta, que había perdido la vergüenza....

Cabeza de Apio 13Sep16




Debería intentar un acuerdo con la muerte,
aun no resuelvo lo del aviso previo,
tal vez,
redimirme a esa estadística, no seria tan irracional...
o ya será el tiempo...de comenzar a negociar....

Cabeza de Apio 10Sep18




Un recuerdo por el día del Padre….

Mi viejo trabajaba en la TBA, (Transportes de Buenos Aires) conocido popularmente como la ex corporación.

Lomas del Mirador, contaba por aquella época con farmacia, panadería, y algún otro negocio que era acompañado con las palabras, del pueblo.

La única calle de pavimento era la ruta, muy angosta que los viejos camiones o colectivos debían calcular muy bien para no tocarse en un eventual cruce, el resto de las calles de tierra,  con grandes zanjones a cada lado de ellas, que no impedían que la lluvia y la falta de veredas hacia un travesía llegar simplemente a comprar el pan.

Cuando mi vieja me despertaba de la siesta, íbamos de la mano a esperar a mi viejo a la esquina,  puntualmente llegaba a las cuatro de la tarde, le pasaba el bolso y el me hacía upa hasta casa. Ellos tomaban mate y yo la leche en esas mamaderas de vidrio, donde un gran chupete era la tapa, sin abandonar los brazos de mi viejo.

Por esas noches donde el llanto me despertaba, mi viejo me hacía conciliar nuevamente el sueño, cantando la marcha Peronista….

Cabeza de Apio. 20Jun16   





Intento fingir algún reproche…

al abandono de un muy desgastado envoltorio,
sumiso a la carencia de esos rigurosos controles,
de presión, grasas, glóbulos, dolores,

al no dudar transitar solo fantasías,
que te inmuniza a semejante barbarie.

El no evitar una creciente ridiculez placentera,
necesaria ante la cálida burla,
cargada de cinismo.

La de cenar puntualmente a las 9.

La de cortar las uñas solo en días Lunes.

Y el no reconocer que son muchos, muchos más….



Cabeza de Apio Nov 2018


jueves, 7 de febrero de 2019




La ira bien aplicada, no debería ser pecado.

Y si es aceptado, " no tengo paciencia ".....

Tal vez porque se este previniendo al mismo desenlace.

Cada año que pasa estoy mas irascible y con menos paciencia.....

Cabeza de Apio...May 2018




En aquella ronda,
soltaron las manos,
y fue inevitable caer de espalda,
la cabeza reboto dos veces en un pasto mullido y húmedo,
corrieron a levantarme,
entre sus caras se dejaba ver un cielo celeste cómplice... 


del beso robado a la mas linda......

Cabeza de Apio 16Ago18




Un dedo acusador lo atravesó de pecho a espalda,

inerte, atrapó reclamos,

desnudó una sonrisa,

y se fundieron en un abrazo.....

Cabeza de Apio  AGO18




En la armonía de algún tango, rock,
o buche de alcohol
o en esa luna que se desnuda delante de tantas estrellas,
o de una lluvia empecinada, que te detiene para hacer la siesta,

Algo marcará el inicio del  nuevo año

Seguramente no será el 1º de Enero……
pero será……

Mejor vida, y mucha salud,  para el 2019

Cabeza de Apio   Dic19



Preciso momento...

El camino era el mismo,
de ida o vuelta,
paso sobre paso, 

por años, 
veinticinco

otoño, invierno, primavera, verano
y el siempre estaba ahí,
la misma esquina
descalzo, con hambre, frío,
calor, sed,
a la espera de unas monedas
con un rostro casi familiar....

sin cruzar palabras...

lloraron juntos, horas...

la medalla de oro,
de sus tantos años de labor
fue colocada en esas manos...

tan ignoradas....

Cabeza de Apio 02Enero2019

lunes, 4 de febrero de 2019




Un lugar, un nuevo querer, un gran Amigo...

Nunca podré olvidar aquel día que, en un amanecer de Agosto, un avión de Austral, hacia pista en Trelew, Provincia de Chubut, con 10 grados bajo cero.
Que desolación, cuantos grises diferentes no posibles.
Una vieja camioneta me esperaba, para llevarme a mi destino, totalmente desconocido.
Casi cien kilómetros separan el aeropuerto, de Puerto Madryn, el paisaje seguía siendo el mismo, como dirigiéndome a la nada.
Un cartel indicaba, que doblando a la derecha a nueve kilómetros se encontraba gran parte de mi nuevo querer.
Faltando ocho sentí que mis ojos se llenaban de lágrimas, no podía entender, ni creer en la hermosura de aquel lugar. Todo era único, el desbordante azul profundo, que hacia abrazar sueños, miles de deseos.
La ciudad estaba en plena expansión, el alojamiento se lograba caminando, terminamos en el motel del Automóvil Club. La habitación era chica, dos camas individuales, una mesa de luz para compartir, paredes dibujadas de humedad, una puerta, una ventana que mostraba un mar solemne e irresistible.
El compañero de viaje, Alejandro, insistió que saliéramos a la playa, cubierta de una oscura capa de algas, de alguna marea anterior, cada pisada dejaba entrever un ripio muy delicado, caminamos hacia el norte con el tiempo detenido a nuestra espalda.
Lo poco que hablamos en nuestro corto paseo, fue la decisión de no empezar con la actividad para lo que habíamos sido convocados, tomando la tarde libre, para recorrer el centro y la costanera.
Almorzamos cerca, un enorme muelle viejo dividía la ciudad, se lo veía adornado de oxidadas embarcaciones, a la espera de reparaciones o el final de sus días, a media cuadra no solo comimos un buen pescado frito, sino que conocimos alguien de leyenda, Manolo.
Paseamos y caminamos por un centro pequeño, visitamos inmobiliarias buscando algo temporario, como para cuatro meses, que sería nuestra estadía, solo encontrando una amable atención.
Volvimos a cenar, atraídos por el marino español retirado, nos esperaba con una enorme sonrisa, media copa de vino tinto, camisa, pantalón y delantal blanco, que hacían juego con sus canas. Su brillo crecía a cada día, con el café de las sobremesas. Comenzábamos a conocer su magia.
Sabía muy bien de soledades, el mar y sus viajes lo aislaban de su familia por meses, pronto nos lleno de preferencias, de unos cuentos variados e increíbles que llegaban a cautivar hasta la emoción.
Y cada almuerzo o cena, eran coronadas con una nueva historia, desde una gran tormenta en alta mar, enredos con la mafia africana de piedras preciosas, hasta que su fortuna había sido apuntalada con un pequeño puesto de venta en la playa de pan y chorizo, como él lo mencionaba.
No fue posible olvidar sus narraciones, colmadas de ficción, que nos transportaba cada día a lugares insólitos, tan llenos de inocencia, sintiéndonos niños atrapados por su hechizo.
Cada vez que su recuerdo o acercamiento se origina, la emoción me hace recorrer una bella Patagonia, surcada por gente que atesora los más variados caminos en busca de su lugar.
Agradezco a la vida haber conocido la bondad del gran Manolo y de toda su familia, que supieron hacerme sentir cerca, aún estando tan lejos.
Gracias.
Nos volveremos a encontrar, quedaron unos cuantos vinos y cuentos pendientes, siempre en mi corazón....

Cabeza de Apio 1990

domingo, 3 de febrero de 2019



La decisión fue el traje marrón,
Los zapatos negros no tenían los cordones, y las medias más oscuras habían sido alimento de las polillas.

Camisa sin estrenar, ultimo regalo de la vieja, de odiado color celeste colectivero, Ricardo colaboro con una corbata,

Al cinto hubo que perforarlo dos veces, confirmando el exceso de peso, cruel comentario de los amigos del bar.

Cuestiono varias veces el no ir, pero el mágico inconsciente seguía con los preparativos, vulnerando su voluntad.

La plancha hizo lo suyo, las impecables rayas eran perfectas, la afeitadora otro tanto, el ultimo culito de loción fue desparramado sobre la pelada y cuello.
Al salir y en voz baja prometió a San Valentín, que nunca, pero nunca, más volvería a enamorarse….
  

Cabeza de Apio  Nov 2018



Ya,
no espanta,
la irreversible crónica soledad,
camina traviesa,
el sendero de la sabiduría,

punzantes estampidas,
solo sangran recuerdos…

no coagulados de ayer…

Cabeza de Apio NOV18



Será mi hada, oxidada, que olvido sus recetas complacientes de deseos.
La convoco cada amanecer....

Y no llega...

Tal vez, mis anhelos imposibles.... o no.
Ya estén en desuso...

Cabeza de Apio May18




El viento se puso norte,
lo indica la frágil veleta, que se agarra como puede a la chimenea de los distanciados asados,
su color brillante hace destacar un nubarrón solitario muy gris, la higuera acomoda sus hojas desnudando sus ramas,
el ceibo del vecino y la hortensia de la vieja,
saben comprender muy bien....
el movimiento de tantas ausencias......

Cabeza de Apio Agosto 2018



La radio acompasaba mi pensar,
una delgada y despeinada semifusa, 
se negaba a dejar despertar un tan afinado recuerdo...
Pero ese sol bemol...afirmo el ritmo, preciso, que lo hizo estallar....
y aturdió....


Cabeza de Apio 22Oct18