Señora del mar:
Cada mañana Usted, alimenta el desbordante deseo, de buscar la imagen, su cuerpo tallado en la piedra, en mis paredes desnudas de presente.
Ambiciono someter al
tiempo, siendo injusto, compartiendo esta desgastada juventud llena de
paciencia y atrevimiento, no para hallar solo memoria, sino una pulcra realidad
de dos almas que sinceren su sentir.
Mi valentía se ahoga
tratando de juntar estas palabras, esperando no comparta la tristeza, que
castiga mis días con mucha crueldad, haciéndome pagar el paso de tantos años de
esperanza. Usted ha sido mi permanente
pensar, no puedo ni quiero alejarla, aunque sea de esta forma, la más simple,
la más bella.
Vulnerable mi amor, se
encuentra a sus pies, cautivo. Buscaré el destello, lo imposible, aceptando el
silencio soberano del decir.
Creo en el siglo del
instante y la paz de la locura, seguiré encantado, suplicante, errante de
alguna poesía sin final, conformado a mis sombras, cuando su resplandor
aparezca detrás de la ventana, o no.
Sabe que desde siempre
la espero, con sordos gritos de perdón o en una sigilosa bienvenida………
2008, Noviembre