Soñé que encontraba una guitarra muerta de pena,
me contó que era de un niño que la amaba,
que le sacaba notas tan afinadas y a tiempo
que disfrutaba de ser instrumento...
Que habían crecido juntos,
a los trece ya era profesor de teoría y solfeo...
a los catorce, no lo dejaron rendir examen para profe de guitarra,
debía tener dieciséis años...
y nunca más toco...nunca más.....
Lloramos juntos sin consuelo, treinta y cinco años después....
Cabeza de Apio 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario