No
pude contener el estornudo,
me
miro se sonrojo y sonrió.
Supongo
fue un sonido gracioso, mezcla de contención y absurdo.
La
mire, sonreí, como compartiendo una vergüenza bien mía.
Leía
un libro gordo, su cara sin maquillaje, mostraba rasgos de mujer simple, tal
vez cargada de picardía adolescente.
La
supuse ordenada al abrir la cartera, y que estaba llegando temprano a la
oficina.
La
voz del subte anuncio Lima, al pararse me regalo otra sonrisa, pero con más
dientes….
Los
amores fugaces son los más lindos,
esos,
que duran instantes…
Cabeza
de Apio 18Mar18
No hay comentarios:
Publicar un comentario